sábado, 4 de marzo de 2017

Hoy me moriría de vergüenza y tristeza

Estoy pasando verdadera vergüenza en esta última semana. 
El que fue mi jefe (en otra vida) ya no trabaja en mi antigua empresa, después de varios meses de dimes y diretes, juicios y sentencias. 
Un señor de más de 50 años que en su día fue mi mentor y que se convirtió, con el paso de los años, en la persona que más me ha pisado el cuello profesionalmente y que más puertas me ha cerrado; ahora se dedica a poner por facebook estados tirando pullitas a sus antiguos empleadores. 

Él, que fue un tirano con muchos de nosotros, que se emborrachó de poder y de fama en el sector, ahora se permite el lujo de tirar mierda sobre antiguos compañeros sólo porque no le han bailado el agua y le pusieron los puntos sobre las íes. 
Justo cuando yo decidí dejar mi trabajo él ya estaba cayendo en desgracia y en ningún momento movió un dedo para ayudarme a salir del bache, para acompañarme, para facilitarme las cosas... Algo que era su función. Es más, durante los tres años anteriores se dejó marchar profesionales excelentes, ninguneó a compañeros que se dejaban el alma y la piel, nos puso entre la espada y la pared... Dejó de hacer bien su trabajo y empezó a crear mal ambiente separando a la entidad por grupos, como un patio de colegio. Su contrato laboral terminó, pero su pareja continuó trabajando allí. Ahora ella también ha encontrado otro trabajo.

Desde que se fue ha intentado por todos los medios pisar el trabajo de mi antigua empresa dejando mal a sus antiguos compañeros y usando como herramienta principal el facebook y otras redes sociales.
Y mira, yo ya. Me bajo del mundo.
Mensajitos de odio, cuentos con metáforas echando en cara acciones que él mismo ha tomado contra sus empleados, memes criticando a otros, pseudomenciones... Un lugar en el que ha trabajado durante 20 años, en el que ha crecido, en el que ha dirigido proyectos y coordinado equipos y que le ha dado la oportunidad de hacer realidad sus sueños. Algo que dejó de interesarle y por su propia dejadez estropeó y ahora quiere hundir. 

¿Qué ganas con eso? ¿No te das cuenta que el receptor de tus pullitas deberías ser tú mismo? 
Hablas del odio, del rencor, de la envidia, de los buenos trabajadores que se van a otros sitios y esa es justo la mochila que tú llevas y todo lo que has sembrado. Nunca en la vida voy a poder agradecerte aquella mañana en la que, mientras me abría en canal, tú impasible me contestabas que "si no me gustaba lo que había, me fuese". Y ten por seguro que si en algún momento nos cruzamos por la vida para mí serás un desconocido y no tengo absolutamente nada que agradecerte, porque has destruido los sueños y las aspiraciones de muchas personas y ahora estás mordiendo la mano que te dio de comer cuando no eras nadie. 

Me cuesta muchísimo trabajo expresarme sobre este tema y me produce un dolor tan intenso que me da miedo, porque revivo aquel último año de calvario y depresión. Ojalá mi antigua empresa sepa sobreponerse y seguir luchando como lo ha hecho siempre por un mejor futuro para todas esas familias, dando lo mejor de sí y, por supuesto, haciendo las cosas bien. Ojalá la gente se de cuenta de quién es ese señor y dejen de caer en sus redes.

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