sábado, 18 de marzo de 2017

Mi no-coche

He vendido mi coche. Se ha convertido ya en mi no-coche y, no sé si os habrá pasado alguna vez, me da una pena tremenda. 
Desde que empecé a trabajar donde estoy ahora tengo el coche muerto de risa en la calle. Porque además es eso, no tenemos garaje. Lo he usado como mucho cinco veces en todo este tiempo y J. durante un mes o así en el que su coche estuvo en el taller y se estropeaba muy de seguido.
A mí no me hace falta porque voy al trabajo andando o en autobús y para cuando quiero ir a casa de mis padres tenemos el otro coche, el de J., que es más nuevo y consume algo menos.

A J. le "regalaron" el coche, en su familia lo compraron para todos y cuando él se vino a vivir conmigo a otra ciudad le dejaron que se lo trajera. Estuvo aquí y allí durante unos dos años y finalmente aquí se quedó. Yo ya tenía el mío, lo necesitaba para ir a trabajar porque mi trabajo tenía un horario muy inestable, además empecé a estudiar la segunda carrera (que nunca terminé) y el transporte público aquí apesta, así que no llegaba a todo. Vivía en un barrio muy apartado y para ir y volver a casa de mis padres lo necesitaba. 

Me ha costado darme cuenta de que ya no lo necesito, aunque hubiera preferido conservarlo. El mini coche ha estado conmigo durante 9 años de fiel servicio, sin averías y siendo fácil de mantener y conducir. Sólo se le han estropeado cosas básicas de mantenimiento y una de las pocas pegas que tiene es que consume bastante para lo pequeñito que es. Sí, es chiquito, redondito, pero para nosotros más que suficiente. Me encantaba conducirlo, a pesar de que odio conducir, no he probado coche más cómodo y fácil de manejar. 

Lo voy a echar de menos, pero es lo que debía hacer ya que no lo uso y los pagos de seguro, impuestos e ITV los sigo haciendo. No podemos seguir manteniendo dos coches cuando sólo utilizamos uno.
Ahora me tengo que acostumbrar a volver a usar transporte público cuando necesite desplazarme sola y a mirar por la ventana sin ver mi cochecito verde aparcado en mi puerta. Y como se lo he vendido a una compañera de trabajo (que sé que lo cuidará genial) seguiré montándome en él de vez en cuando.

3 comentarios:

  1. Mi chico se compró un coche al poco de conocernos, allá en la prehistoria, un ibiza, y fue nuestro primer coche, así que cuando lo vendimos porque el pobre se caía a trocitos, nos dio muchísima pena. Te entiendo. Pero si no te hace falta, un coche no son más que gastos y es tontería conservarlo.

    Besos

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  2. Creo que has hecho bien. Hace un par de semanas pagué el impuesto de circulación y casi me da un mal XDDDD Así que... :P

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